Un círculo
virtuoso

Las emisiones de CO2 son la causa principal del efecto invernadero que
acelera el cambio climático del planeta.

Se denominan “sumideros” de carbono a aquellos procesos capaces de secuestrar el CO2 y reducir su concentración en la atmósfera (ej. La fotosíntesis en los bosques), y “fuentes” de carbono a aquellos que lo liberan (ej. La quema de combustibles fósiles)

El problema es romper el equilibrio
Cada año la humanidad contribuye con 7.900 millones de toneladas de carbono a la atmósfera, de las cuales tan solo 4.600 millones son absorbidas por los sumideros, lo que resulta en un incremento neto anual de 3.300 millones de toneladas.

La solución, reducir las fuentes y aumentar los sumideros
Tenemos dos vías para combatir el cambio climático y restablecer el equilibrio roto: la reducción de las “fuentes” y el incremento de los “sumideros” de carbono. La madera tiene la capacidad única de hacer ambas cosas.

Los bosques como sumideros de carbono
Gracias a la fotosíntesis, los árboles de un bosque pueden atrapar grandes cantidades de CO2 y almacenarlas en forma de madera. En cada metro cúbico de madera hay atrapadas alrededor de 0,9 t. de CO2.

Los bosques bien gestionados son mucho más eficientes como sumideros de carbono, ya que los árboles más jóvenes absorben más CO2 que los maduros, los cuales, en un bosque no gestionado, finalmente morirían y se pudrirían, devolviendo su almacenamiento de CO2 a la atmósfera, mientras que el CO2 de los árboles cortados sigue almacenado a lo largo de la vida útil del producto de madera resultante.

Los productos de madera almacenan el carbono
Por tanto, la madera es un eficiente almacén del carbono, extendiendo el periodo en el que el CO2 atrapado en los bosques, se mantiene fuera de la atmósfera. El almacenamiento de carbono en los residuos de madera juega un papel importante en la reducción de los gases de efecto invernadero.

Energía más limpia
Cuando la madera ya no puede volver a usarse o reciclarse, todavía puede producir energía mediante la combustión. Debido a que la cantidad de CO2 emitida en la combustión no es mayor que la previamente almacenada, la quema de madera tiene un efecto de carbono neutral y es, por tanto, una alternativa energética mucho más respetuosa para el medio ambiente que la quema de combustibles fósiles.